Sucede a menudo que
las ideas, opiniones, doctrinas, conceptos… mutan con el tiempo y el uso, a veces llegando a olvidar su significado original. Incluso llega un momento en
que aprendemos directamente ese significado adulterado sin ser ni siquiera conscientes del cambio producido. Un claro ejemplo,
dentro del BDSM, es el famoso concepto SSC “safe, sane, consensual”. No está
de más parar un momento a coger aire, dejar de repetirlo como un mantra y echar
la vista atrás para ver de dónde venimos y cómo hemos evolucionado.
Fue (y es) un
término que gozó pronto de mucha popularidad. Y, como ocurre con todas las
modas, llega un momento que está tan extendida que empiezan a aparecer férreos
detractores, hasta que se pone de moda justo lo contrario, es decir, no seguir
el SSC. Muchas veces pienso en lo que se hace dentro del BDSM y la verdad es
que a duras penas puedo considerar la mayoría de las prácticas como sensatas o
seguras. Casi desde que escuché por primera vez esas siglas, fui consciente de que
no eran suficientes para mí. No abarcan todo, no lo explican todo y,
especialmente, no lo justifican todo. Y, curiosamente, sus mismos creadores
opinan parecido.
A mediados de 1983,
se reunió un comité para buscar la “afirmación de la identidad y propósito” de
los activistas S/M gays de Nueva York [New York’s Gay Male S/M Activists
(GMSMA)], entidad cofundada por David Stein. La mayor parte de los practicantes
de BDSM no tienen ni idea de quienes son o qué representa el
GMSMA, sin embargo, la inmensa mayoría conoce una frase resultado de
aquella reunión “safe, sane, and consensual S/M.” Sobre éste hecho dice Stein, autor
de la frase, “maldíganme si quieren, pero éste no es el resultado que yo
pretendía”.
En agosto de 1983, apareció la frase por primera vez en una memoria
de la GMSMA:
“GMSMA es una
organización sin ánimo de lucro de los varones gays del área de Nueva York que
están seriamente interesados en un S/M seguro, sensato y consensuado. Nuestro
propósito es ayudar a crear una comunidad de apoyo S/M para los varones
homosexuales, ya deseen un estilo de vida total o una aventura ocasional, acaben
de llegar al S/M o tengan una larga experiencia” (1)
Como vemos, el SSC
surgió en la comunidad gay masculina y en un contexto sadomasoquista, en un
intento de distanciar estas prácticas de los comportamientos autodestructivos y
de los abusos criminales o neuróticos hasta entonces asociados popularmente con
los sadomasoquistas.
En marzo de 1987,
durante la Marcha por los Derechos de Gays y Lesbianas celebrada en Washington
y posteriormente en la marcha de 1993, el colectivo S/M-Leather-Fetish
extendieron y popularizaron la frase al utilizarla como eslogan; se imprimió en
camisetas, salió en la prensa y presidió la enorme pancarta colocada en el
edificio gubernamental de la Avenida de la Constitución que acogió la
conferencia del S/M-Leather-Fetish. De este modo miles de norteamericanos y de
extranjeros, vieron las tres palabras y las llevaron a sus respectivas
comunidades.
“El problema es que,
una vez que una idea es reducida a un eslogan que puede caber en una chapa o
una camiseta, nadie puede controlar su significado. Todo el que la ve la
interpreta según sus propios prejuicios y preconcepciones – todo depende de
cómo entiendas las palabras clave” (1)
Hay quien entiende “safe”
como “carente de todo riesgo” y quién lo entiende como “no correr riesgos
innecesarios”. Tras esta rápida popularidad, muchos practicantes creyeron que
la frase devaluaba las prácticas, reduciéndolas a meros juegos picantes y
desvirtuando el sentido del S/M. Tanto es así que, tras la marcha de 1987, incluso hubo quien postuló el “unsafe, insane
and nonconsensual”. Varios autores y activistas hablaron en contra del SSC y se
propuso como eslogan alternativo el “risk-aware consensual kink”, lo que
conocemos como RASK o RACSA.
El mismo David
Stein explica que, en sus orígenes, su propuesta no pretendía ser un eslogan,
sino un punto de partida para dialogar sobre la comunidad, las tradiciones y la
liberación homosexual. Más aún, en el escrito original se especificaba que su
uso estaba destinado a todos los niveles del S/M, desde los principiantes y los
que solo juegan ocasionalmente hasta aquellos que viven una relación de TPE
(intercambio total de poder). Sin
embargo, con su popularización, se ha convertido en una especie de credo, en la
respuesta a todos los debates, en lo políticamente correcto.
“Como resultado,
algunas personas usan un simplista concepto del SSC como vara para golpear a
cualquiera cuyos límites vayan más allá de los suyos, mientras que otros al
parecer piensan que la mera palabrería del ídolo SSC les absuelve de
comportarse con decencia y compasión. Ha echado raíces la idea de que todo lo
que sea seguro, sensato y consensuado es bueno, y todo lo que no lo sea es
malo.” (1)
Definir es limitar;
la GMSMA nunca pretendió limitar ni definir sino proponer un punto de partida
para el diálogo. El SSC no puede tratarse como un dogma de fe, es una guía para
separar las prácticas sadomasoquistas acordadas entre adultos de los malos
tratos y el abuso. David Stein reconoce que el significado de las tres palabras
es deliberadamente vago. “Seguro” no significa exento de riesgos, significa que
se toman todas las precauciones posibles para no terminar en un hospital. Cuando
hablan de “sane” principalmente se refieren a saber distinguir la fantasía de
la realidad. En cuanto al “consenso”, no especificaron si se referían a
consensuar cada paso o a tener un consenso inicial, lo que ahora se denomina con
un confuso “consenso no consensuado” o “no consenso consensuado”. Lo que sí
dejaron claro es que ni todo lo SSC es BDSM ni todo el BDSM tiene que ser SSC (entre otras cosas porque ni siquiera usaron el término BDSM sino S/M).
Recomiendo a todos
leer el excelente artículo, del que he ofrecido unas pinceladas en este texto, en
el que Stein reflexiona sobre el SSC visto varias décadas después de su
formulación. Y, que mejor para terminar, que una nueva cita suya:
“La palabra de
seguridad no puede salvarte de una mala sesión o de una mala relación con
alguien a quien no conocías tan bien como pensabas, y canturrear “seguro,
sensato y consensuado” como un mantra no puede sustituir años de estudio y
práctica en su guía a través del laberinto de elecciones que todos debemos
hacer.”
( (1) Stein, D. ““Safe Sane Consensual”
The making of a Shibboleth”.