miércoles, 9 de diciembre de 2015

CARTA DE PRESENTACIÓN

   Me gustaría recuperar este artículo ("Rellenando el currículum") para comentar algo que vengo observando en los últimos tiempos. 

   Viene a colación de la última frase que escribí aquí, en tono de chanza dije que iba a buscar a mis ex Amos para pedirles una carta de recomendación... Era una broma, obvio, pero últimamente leo cosas que me hacen replanteármelo.

   Hace unas semanas, en un grupo en una red social, leí como se pedían "referencias" que demostraran el tiempo que cada uno llevaba en el BDSM y si éramos reales. Cuando pregunté cómo se podía demostrar eso me contestaron que con fotos o con otras personas que nos avalen. Veamos, cualquiera puede hacerse una foto con un corset o con una fusta en la mano, ¿nos convierte eso en practicantes de BDSM? ¿Cualquier modelo que haga fotos de esta temática es practicante de BDSM? ¿Cualquier persona que se disfrace de Dómina para una fiesta es practicante de BDSM? ¿Qué demuestra una foto a parte de que se tenga ropa fetish? Y ya que estamos... ¿si te hace la foto en vaqueros ya no eres un auténtico Dom/sum? En cuanto a que te avale otra persona... ¿Por qué la palabra de otro vale más que la mía? ¿Hay algo que impida que un grupo de amiguetes se avalen entre ellos? ¿Quién avala al supuesto avalista? 
   Ni siquiera existe un criterio unitario sobre lo que es y lo que  no es BDSM o lo que es un buen Dom/sum... ¿Cómo vamos a demostrar nada? Y, por otra parte... ¿Para qué? ¿Qué necesidad hay de demostrar nada? Si alguien es feliz con lo que hace y no daña a nadie, ¿qué más da contar o no con la aprobación de desconocidos? Sinceramente, no lo entiendo.

   Ayer mismo, en otro grupo distinto, leí como alguien que se definía como AMO (así, con muchas mayúsculas y, por cierto, sin sumisa), tras unas frases alertando a las sumisas de que el BDSM no es una película y que es cuestión de sentimientos y otras frases por el estilo, poner su anuncio buscando sumisa, pidiendo a las candidatas que le enviasen una carta de presentación. ¿En serio? ¿Una carta de presentación? ¿Contamos nuestra formación y experiencia profesional? 

   ¿Estamos perdiendo el Norte? ¿Sigue siendo el BDSM unas prácticas englobadas en unos sentimientos de entrega, servicio, dominación, cuidado... o es un intercambio comercial, algo que se compra y se vende? ¿Dónde ha quedado el conocerse, charlar, dejar que surja la química? ¿Ahora el modo de establecer una relación es opositar como si de un trabajo se tratara?

   Siempre que leo algo así me surge la duda de si alguna sumisa contestará a estos anuncios. Honestamente, no me veo escribiendo mis virtudes, experiencias y proyectos de futuro para que sean analizados por un desconocido, como si de un artículo comercial se tratara, y decida si soy válida o no. 

   Y, ya que estamos, me surge otra duda... ¿Este AMO enviará también su carta de presentación a sus candidatas para ser evaluado del mismo modo?
  


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