lunes, 13 de junio de 2016

ESPIRALES NEGATIVAS EN EL BDSM

  Para comenzar un aviso previo. Quizás el título del post ha hecho pensar en las personas que se "enganchan" a una relación BDSM tóxica y dañina; de esas que no aportan nada y te anulan como persona. Pues no, no tiene nada que ver. De modo que si ese es su interés pueden pasar página y dedicar su tiempo a algo más productivo.

  Si aún siguen aquí, vamos al lío.

 Muchos de los temas que escribimos en blogs y redes sociales son para lamentarnos de los problemas de los que adolece el BDSM actual. Que  no son pocos, por cierto, por lo que es comprensible que los que amamos este modo de vida veamos con tristeza la decadencia que se va extendiendo inexorable (que deprimente me ha quedado esto...) 
  Que si está lleno de pseudoamos y pseudosumisos (¡cómo odio ese término!), que si esto con la vieja guardia no pasaba (no importa que la mayoría no tenga ni idea de en qué consistía la Old y la New Guard), que toda la culpa es de Grey (como si antes fuera el paraíso terrenal), que no hay educación ni respeto, que la gente solo busca sexo (por cierto que he leído a "bdsmeros de pro" afirmar que una sesión sin sexo está vacía), que si nadie sigue los protocolos, que van con prisas y no se forman, que se convierte en un negocio, que si están destruyendo el BDSM (no tengo muy claro quién), que bla, bla, bla... El caso es que, lo que no he visto nunca, es un texto proponiendo soluciones.

  Alguien insulta, otro devuelve el insulto, un tercero mete cizaña y ocurre como en aquel anuncio de los donettes, que aparecen de todas partes para echar leña al fuego. Si uno es maleducado el siguiente tiene que serlo aún más. Si alguien es irrespetuoso quién le siga debe superarlo. Se establece una especie de competición hacia la vulgaridad y la mala educación. ¿Quién dirá el insulto más soez? ¿Quién podrá ser más vulgar? ¿Quién proferirá la amenaza más atroz? Se desencadena una espiral negativa que no aporta nada. La queja elimina la responsabilidad de nosotros mismos arrojándola sobre los hombros de otros. Culpamos a los demás eximiéndonos de toda culpa y por tanto de la necesidad de buscar soluciones. Nos acomodamos en la negatividad, nos alimentamos de ella porque es mucho más fácil que encarar la realidad y hacer algo para cambiarla. De este modo la espiral continua, arrastrándonos con ella y llevándonos a los que nos rodean, no sea que alguno se resista y nos recuerde que en realidad somos unos cobardes y estamos escondiéndonos para no enfrentarnos a una realidad que podríamos cambiar con nuestro trabajo y esfuerzo. 

   ¿Sabéis lo que significa ser proactivos? En psicología, una persona proactiva es aquella que asume sus propias responsabilidades y no se rinde ante las circunstancias; tiene iniciativas y persigue metas, en bien de si mismo y de los demás, evitando reaccionar con sentimientos negativos frente a algo inesperado o desagradable. Las personas proactivas no se detienen ante los problemas, les hacen frente, buscan soluciones a partir de sus valores, actúan de modo positivo. Deciden cómo quieren que les afecten las cosas y qué hacer frente a ellas, son participantes activos, no menos espectadores, no víctimas de las circunstancias. Actores, no espectadores. Activos, no pasivos. Positivos, no negativos. 

   Existe un proyecto a través de internet "Complaint Restraint February", propuesto por Blancpain y Pelgrims, dos amigos que, sin ser expertos en psicología, descubrieron los beneficios de dejar de quejarse y mirar la vida con positividad. ¿Su propuesta? Un mes entero sin quejarse de nada. Tratar de ver el lado positivo a cada pequeño inconveniente de la vida, reconducir toda esa energía en lugar de malgastarla. Podéis leer sobre el proyecto aquí 

  ¿Y si lo aplicáramos en nuestro contexto? ¿Y si dejáramos de alimentar las espirales negativas? Dejemos de quejarnos y seamos proactivos. Dejemos de contestar a los insultos con insultos. Cortemos mas espirales negativas. Cuando comiencen, no respondamos a esos comentarios. No respondamos a insultos ni a faltas de respeto. No nos quejemos, ofrezcamos soluciones. Veamos lo positivo, lo que nos une en lugar de lo que nos separa. Se que al principio requerirá un esfuerzo titánico; yo soy la primera que me ahogo en un vaso de agua pero... ¿y la felicidad que podría reportarnos? ¿no merece la pena intentarlo? ¿Intentaremos mejorar el BDSM (y de paso nuestra vida) en lugar de lamentarnos? ¿Nos planteamos un mes sin quejarnos?

Si tu mal tiene remedio, ¿por qué te quejas?
Si no lo tiene ¿por qué te quejas?
Proverbio oriental
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario