miércoles, 22 de junio de 2016

PROTEGIÉNDONOS DE NOSOTROS MISMOS

   Dentro de una relación Ds pueden marcarse distintos objetivos según el enfoque y orientación que los implicados quieran darle, pero creo que casi todos estamos de acuerdo en que uno de los principales es que el Dominante debe cuidar y proteger a su sumisa. Al menos siempre que leo y charlo con practicantes de BDSM suelen recalcar este punto; cuidado y protección son fundamentales y prioritarios. Pero, ¿de qué hay que cuidarla y protegerla? ¿Cuáles son los males que acechan?

   Algunos son muy obvios. 
   Hay que protegerse de los depredadores que circulan por la red. Personajes sin escrúpulos que, en busca de su propio beneficio, no les importa llevarse por delante a quién sea. Dejan su camino sembrado de cadáveres; sumisas destrozadas emocionalmente que arrastrarán secuelas durante mucho tiempo. 
   También están los problemas estrictamente de seguridad. Para ello conviene conocer bien cada práctica y no aventurarse de modo imprudente a realizar aquello que no dominamos bien. Los accidentes ocurren, cierto, pero que no sea por no tomar todas las precauciones que estén en nuestra mano para prevenirlos. 
   El "aftercare" es muy importante en sesiones especialmente intensas aunque, personalmente, opino que el "care" debe estar presente siempre; antes, durante y después de las sesiones.

   Pero, en realidad, llevo unos días pensando en otro tipo protección que es muy necesaria y a menudo se pasa por alto. Estamos de acuerdo en que el Dominante (y la sumisa, para mí, la protección es asunto de ambos) debe proteger de cualquier mal, ¿no? ¿Sea cual sea, provenga de donde provenga? Aclarado esto, existe un tipo de "mal" usualmente olvidado. El que procede de nosotros mismos. De nosotras como sumisas y de nuestros Amos. Cuando confiamos y queremos a alguien no nos planteamos que ningún daño pueda provenir de esa persona cercana. Y es que ese daño, en muchas ocasiones, ni siquiera es intencionado. Pero que sea un daño por imprudencia no significa que haga menos mal.

   Las sumisas, una vez que nos entregamos, tendemos a querer más y más. Es un sentimiento intenso y profundo; tanto que no podemos evitar el ansia de demostrar a nuestro Amo y a nosotras mismas cuan intenso y profundo es. Y en este afán por la auto superación se puede llegar a perder la perspectiva de la autoprotección. No es que sea algo exclusivo de la sumisión, ¿cuantas locuras se comenten por amor, por odio, por envidias...? En este caso, la motivación es la entrega y la sumisión (particularmente, cuando es intensa, creo que el componente de amor es innegable); por ella podemos hacer locuras e imprudencias sin pensar en las consecuencias a medio/largo plazo. Si nosotras, las primeras que debemos mirar por nuestra propia seguridad, perdemos esta capacidad de velar por nuestro futuro, el Amo debe protegernos e impedirnos hacer nada de lo que podamos arrepentirnos más adelante. Por mucho que le pudieran complacer nuestros gestos de sumisión debe anteponer siempre el bienestar; pensando, no solo en el momento presente, sino en un futuro posible en el que no estén juntos. Como Dominante, no puede ser egoísta. Esa labor de protección exige mirar a largo plazo; valorando todo el contexto de la persona y como sus actos pueden afectarle en cualquier campo, no solo como sumisa. No ha de exigir lo que le complace como Amo si es algo que pueda perjudicar a la sumisa en cualquiera de sus otros roles (trabajadora, madre, hija, amiga...). No importa que el Amo quiera y la sumisa quiera... si es algo que pueda dañar de alguna manera en el futuro no es aceptable. El consenso no lo es todo, no sirve de nada si no va unido a la sensatez.

   ¿A qué tipo de daños me refiero? Principalmente a los daños exposición y los rastros permanentes. En esta era digital, toda fotografía, vídeo y audio que salga de nuestras manos es susceptible de llegar a cualquier parte mediante a internet. Perdemos control sobre ello. Cierto que, llegado el caso, pueden interponerse demandas y bla, bla, bla... pero si se llega a eso es que el daño ya está hecho. De modo que, antes de enviar alegremente imágenes "comprometidas" de nuestro cuerpo, pensad dónde puede acabar y quién puede terminar viéndolas. ¿Estáis 100% seguros que la persona a la que se la enviáis no va a mostarlas a nadie? ¿Y si pierde el móvil? ¿Y si el mes que viene os enfadáis y resulta que no era tan buena persona como ahora creías?

    En el apogeo de la relación, se pueden realizar fotografías y vídeos "eróticofestivos", exponerse en blogs, artículos, redes sociales... Incluso podemos enorgullecernos de estos actos como muestra de nuestra entrega. Pero hay que pensar y mirar al futuro. Si tenéis intención de vivir del BDSM, ¡adelante! ¡Mostraos todo lo que queráis! Pero si no es así, sed un poco inteligentes y tened prudencia. ¿Sabéis que muchas empresas hacen búsquedas en internet y redes sociales sobre los candidatos antes de contratarlos? ¿Qué os parecería que dentro de cinco años perdierais un trabajo porque un administrativo de RRHH encontrara una foto vuestra subida de tono o incluso "normalita" en un contexto BDSM? Es injusto, si, lo se. Nuestros gustos en este campo no condicionan nuestra capacidad para desempeñar nuestra función laboral. Pero también es cierto que esto ocurre. Solo hay que leer la prensa para ver como hay personas que pierden su trabajo ante un escándalo en su vida personal. Muchas empresas no venden solo un producto, venden una imagen y esta imagen deben transmitirla también sus empleados. ¿Os imagináis a un miembro de una asociación de padres de un colegio que encuentra la foto de un profesor en una fiesta sadomaso? ¿Cuanto creen que durará de profesor? ¿Y si quién encuentra la foto es tu pareja vainilla? ¿O tus hijos? ¿O tus padres? ¿O tus compañeros de universidad o de trabajo?

   Otra cosa que me llama la atención son las marcas permanentes. Lo vemos hasta en el mundo vainilla, ¿cuantas parejas hay que se tatúan el nombre de su "amado" (de dos semanas) y luego toca pasar por el láser o retocarlo? Ojo, no estoy diciendo con esto que esté en contra de ellas en sí mismas, pero si creo que necesitan moderación. Hay tatuajes simbólicos preciosos, lo importante es tener en cuenta que el "felices para siempre" funciona en una minoría de los casos. Así que los tatuajes muy específicos, especialmente a los dos días de conocerse, desde mi punto de vista no son buena idea. Lo mismo vale para las escarificaciones, marcas a fuego y cualquier otro tipo de marca permanente. Cuando estás obnubilada por tu Amo/sum quieres hacerlo todo, somos nuestro peor enemigo, perdemos la sensatez, dejamos de mirar al futuro para vivir en toda su intensidad solo el presente. Pero hay que cuidar y proteger. De todo y de todos. De nosotros mismos. De lo que en un futuro pudiera causarnos un perjuicio y hacer que nos arrepintiésemos...

   Quizás yo peque de prudente en extremo. Quizás mire demasiado hacia delante. Quizás sea demasiado neurótica. No lo se. Si se una cosa. No es un problema de falta de confianza. Puedes confiar 100% en la persona que tienes hoy a tu lado. Pero la vida da muchas vueltas y nos prueba de mil maneras. No sabes cómo será esa persona mañana. Se que una sumisa es la primera que tiene que velar por su seguridad, presente y futura. Y se que un Amo que sea Dominante de acto y no solo de palabra, protegerá a su sumisa de cualquier daño, provenga de donde provenga; de personajes externos, de ella misma e incluso de su propio egoísmo.

   

No hay comentarios:

Publicar un comentario