miércoles, 29 de julio de 2015

TODOS SON PELIGROSOS HASTA QUE SE DEMUESTRE LO CONTRARIO (SEGURIDAD GENERAL)

 Uno de los temas sobre los que más se insiste a los que empiezan es la seguridad. A los "experimentados" se les presupone esta lección por aprendida (¡ja!), aunque a más de uno habría que darle con un manual de seguridad en la cabeza. 
 Siempre que se inicia algo nuevo, este tema es de los primeros en tratarse; lo estudiamos en el temario del carnet de conducir, firmamos un seguro de accidentes cuando viajamos, nos dan a leer los protocolos de seguridad en el trabajo... Y es que desde pequeños nos lo repiten hasta la saciedad... ¡ten cuidado!, ¡no toques eso!, ¡te vas a hacer daño!... Pero crecemos y, deslumbrados por todo lo que el BDSM puede ofrecernos, dejamos la prudencia en casa. 

 "Todo el mundo es inocente hasta que se demuestre lo contrario". Pero yo, haciendo gala de mi neurosis, prefiero mi versión particular: "todo el mundo es potencialmente peligroso hasta que se demuestre lo contrario" (a veces, incluso después de demostrarlo). Y es que el BDSM supone asumir una serie de riesgos nada desdeñables. 
 Que el BDSM es respeto queda muy bonito como pie de página en las fotos de estudio. Esas en las que el Dom viste un impecable traje mientras sostiene una fusta y acaricia el pelo a alguna modelo contorsionista. Pero con el respeto pasa como con la seguridad (¡aún peor!), todos hablan de él y muchos olvidan llevarlo a la práctica (eso dará para otro post). Así pues, cuando se unen la falta de respeto con la de seguridad, las consecuencias pueden ser nefastas. 

 Distingo tres tipos de problemas de seguridad: 

 El primero que se le ocurre a mi neurosis es que la persona con la que se quede sea realmente peligrosa. ¿Cuánto se tarda en conocer a alguien? ¿Cómo saber que no va a perder el control? ¿Es un Dominante o un maltratador disfrazado? ¿Tienes claro que le importa tu bienestar y no solo su placer? ¿Sabes cómo responderá ante un problema? Algunos argumentarán que para eso está la palabra de seguridad. ¿En serio? Estamos hablando de personas egoístas, preocupadas solo por su placer, de personas irascibles, que pierden el control, ¿creéis que alguien así respetará la palabra de seguridad? Otros dirán, "esos no son Amos". Pues vale, pero ese apurado diagnóstico de poco vale si lo descubres en plena sesión. 
 Hay individuos (e individuas) con mucha labia, que saben engatusar con sus palabras y formas o, directamente, que son maestros de la mentira. Nunca se está a salvo 100% de caer en las artimañas de estos personajes, pero casi siempre hay indicios: Los que hablan y hablan sin oír lo que tu dices, los que quitan importancia a tus gustos y sugerencias, los que infravaloran tus opiniones y te tratan con condescendencia, los que se alteran y gritan ante pequeños inconvenientes (no encuentro aparcamiento, el camarero tarda demasiado, la cola del cine va muy lenta...)... El carácter de una persona se ve en los detalles, no en lo que esa persona presuma de ser:
-soy muy paciente y respetaré tus tiempos... pero a los dos días de conocerte quiero una sesión...
-soy una persona muy educada... no como el gilipollas ese con el que hablas, que se hace llamar dominante y y solo quiere aprovecharse... 
-soy muy sincero, la honestidad es la base de toda relación... no, mi mujer no sabe nada de ésto, no lo entendería... 
-soy una persona muy tolerante... pero a ese pub no vamos que está lleno de maricones y principiantes que no tienen ni puta idea de BDSM... 
-siempre respetaré cuando digas que no... pero si no me quieres mandar la foto que te he pedido es que no eres sumisa... 
-soy muy responsable... pero si tenemos un accidente en una sesión ve tu sola a urgencias no sea que me cruce con alguien que conozca, que soy una persona muy responsable y tengo que mantener mi imagen... 

 Y un largo etc. Así que, a empezar a oír menos y escuchar más y, sobre todo, a leer entre líneas. 

  El segundo de los problemas viene de la mano de la imprudencia. Quizás el Dom sea una persona estupenda pero, por sus ganas de agradar, de mantener el aura de superdominante, por el calentón del momento, por arrogancia.. es incapaz de reconocer que no sabe algo: 

-ya verás cómo disfrutas esta suspensión, ¿que si se hacerlo? Pues claro, si he visto como se hace en youtube... 
-vamos a jugar con estas velas que encontré por casa. ¿Que qué tipo de cera es? Pues será de abejas, mujer, eso lo sabe todo el mundo... 
-no entiendo porqué se ha roto la cuerda, llevo diez años usándola y nunca me dió problemas... 
-uy, no están los tiempos para tirar cosas; yo a estas agujas les echo un poco de alcohol y las guardo para la próxima... 
-me he olvidado los preservativos... bueno, por una vez no pasa nada... 
-voy a atarte y a azotarte que el vino de la cena y las tres copas en el pub me han puesto cachondo...

 ¿Os suena? Un Dom que no cuida su propia seguridad menos aún se preocupará por la de otros. Los conocimientos, la experiencia, el control... son básicos en cuestiones de seguridad. 


  Por último puede darse el caso que el Dom sea una gran persona, con conocimiento de lo que hace, prudente, responsable y humilde... Pero, aún así, los accidentes ocurren. Además de adoptar todas las medidas de seguridad específicas para las prácticas que se estén realizando, no está de más contar con un botiquín y tener conocimientos de primeros auxilios. La actuación precoz es clave a la hora de minimizar los daños. Prudencia, por tanto; sensatez/cordura (si, esa famosa S del SSC que todavía algunos confunden con "sano"); y, sobre todo, cuidaos a vosotros mismos.

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