viernes, 31 de julio de 2015

SOBRE ESE RARO FENÓMENO LLAMADO RESPETO

   Dice la sabiduría popular: “Dime de qué presumes y te diré de qué careces” Y el BDSM presume de respeto. Es respeto. Sin él, no puede existir. Pero, ¡ay!, ya se sabe lo que ocurre con aquello de lo que se presume...

 Tenemos tanto respeto por los modos de expresión que denunciamos las fotos de los demás.  Tenemos tanto respeto por las prácticas BDSM que despreciamos aquellas que no compartimos.  Tenemos tanto respeto por las distintas formas de vivir el BDSM que denigramos las formas que no coinciden con la nuestra.
 Tenemos tanto respeto por el modo de sentir el BDSM que quién no lo siente igual “no es sumisa” o “es un pseudoamo”.
 Tenemos tanto respeto por las opiniones del resto de practicantes que cuando no opinan como nosotros es que “no tienen ni idea de BDSM”.
 Tenemos tanto respeto por la sinceridad que nos ofendemos cuando no nos dicen lo que queremos oír.
 Tenemos tanto respeto por la libertad de expresión que expulsamos de los grupos a quién no baila el agua a los administradores.
 Tenemos tanto respeto por el trabajo de otros que copiamos textos sin molestarnos en poner su autor.  Tenemos tanto respeto por todas las formas de sexualidad que nos consideramos superiores a los vainilla.
 Tenemos tanto respeto por el diálogo que insultamos cuando nos quedamos sin argumentos.  Tenemos tanto respeto por las relaciones de los demás que hacemos “proposiciones indecentes” a quién vive feliz con su pareja.
 Tenemos tanto respeto por el rol contrario que le pedimos que se cambien de rol para adaptarse a nuestras necesidades.
 Tenemos tanto respeto por la privacidad de los demás que aireamos conversaciones cuando nos enfadamos.
 Tenemos tanto respeto por el derecho a elegir que nos indignamos si eligen no aceptarnos como amigos.
 Tenemos tanto respeto por los que les interesa debatir que desvirtuamos sus post con rencillas personales.
 Tenemos tanto respeto por lo que los demás dicen que siempre tenemos que decir nosotros la última palabra.
 Tenemos tanto respeto que la tolerancia, la empatía, la educación, son supérfluas.
 Tenemos tanto respeto que ya no nos cabe dentro y no sabemos como demostrarlo; por eso siempre hablamos de él aunque no tengamos claro qué significa.

 Suerte que hay personas que no hablan del respeto, porque han aprendido lo que es y ya no necesitan nombrarlo, sino vivirlo.

2 comentarios:

  1. Cuando una persona carece de respeto hacia si mismo y hacia los demás, el resto de los valores brillan por su ausencia. Un beso :)

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  2. Así es, es la base, sin ella, todo lo que se intente construir, se tambalea.

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