jueves, 10 de septiembre de 2015

VERDAD VERDADERA

   ¿Habéis escuchado alguna vez una expresión tipo "ésto es tan cierto como que dos y dos son cuatro"? Pues hace muchos años, un amigo que estudiaba Matemáticas me explicó que 2 + 2 no siempre es 4. Ya no recuerdo el razonamiento que hizo, pero si la sensación que me provocó sobre la relatividad de las cosas que damos por ciertas.

   Hoy he recordado una parábola popular que me gustaría compartir:

 "En la Antigüedad, vivían seis hombres ciegos que pasaban las horas compitiendo entre ellos para ver quién era el más sabio. Exponían sus saberes y luego decidían entre todos quién era el más convincente. Un día, discutiendo acerca de la forma exacta de un elefante, no conseguían ponerse de acuerdo. Como ninguno de ellos había tocado nunca uno, decidieron salir al día siguiente a la busca de un ejemplar,y así salir de dudas.   
   Puestos en fila, con las manos en los hombros de quien les precedía, emprendieron la marcha enfilando la senda que se adentraba en la selva. Pronto se dieron cuenta que estaban al lado de un gran elefante. Llenos de alegría, los seis sabios ciegos se felicitaron por su suerte. Finalmente podrían resolver el dilema.  
   El más decidido, se abalanzó sobre el elefante con gran ilusión por tocarlo. Sin embargo, las prisas hicieron tropezar y caer de bruces  contra  el costado del animal. “El elefante  –exclamó– es como una pared de barro secada al sol”. 
  El segundo avanzó con más precaución. Con las manos extendidas fue a dar con los colmillos. “¡Sin duda la forma de este animal es como la de una lanza!” 
  Entonces avanzó el tercer ciego justo cuando el elefante se giró hacía él. El ciego agarró la trompa y la resiguió de arriba a abajo, notando su forma y movimiento. “Escuchad, este elefante es como una larga serpiente”. 
 Era el turno del cuarto sabio, que se acercó por detrás y recibió un suave golpe con la cola del animal, que se movía para asustar a los insectos. El sabio agarró la cola y la resiguió con las manos. No tuvo dudas, “Es igual a una vieja cuerda” exclamo. 
  El quinto de los sabios se encontró con la oreja y dijo: “Ninguno de vosotros ha acertado en su forma. El elefante es más bien como un gran abanico plano”. 
 El sexto sabio que era el más viejo, se encaminó hacia el animal con lentitud, encorvado, apoyándose en un bastón. De tan doblado que estaba por la edad, pasó por debajo de la barriga del elefante y tropezó con una de sus gruesas patas. “¡Escuchad! Lo estoy tocando ahora mismo y os aseguro que el elefante tiene la misma forma que el tronco de una gran palmera”. 
  Satisfecha así su curiosidad, volvieron a darse las manos y tomaron otra vez la senda que les conducía a su casa. Sentados de nuevo bajo la palmera que les ofrecía sombra retomaron la discusión sobre la verdadera forma del elefante. Todos habían experimentado por ellos mismos cuál era la forma verdadera y creían que los demás estaban equivocados." 

  La verdad, tal y como nosotros la entendemos con nuestros limitados conocimientos, es muy relativa. Si esto ocurre con objetos tangibles ¡imaginad cuando hablamos de sentimientos! El BDSM para mi no trata de las prácticas sino de las sensaciones que éstas producen; ¿y quién puede decir que lo que otro siente es mentira? Hay quién dice que el BDSM es un estilo de vida, otros piensan que son juegos consensuados, para algunos es sexo y para otros "algo más"... Todos tienen razón, simplemente lo que vale para unos no tiene porqué valer para otros... Pero que no valga para nosotros no lo convierte en menos verdadero. 

   La mayoría de las discusiones se originan por esta lucha de pretender poseer la verdad y creer que los demás se equivocan. Me parece absurdo. Cuando escribo u opino sobre BDSM lo hago desde "mi verdad", pero no pretendo convencer a nadie de nada ni creo que esa verdad sea absoluta. "Mi verdad" se basa en mis creencias, mis principios y mi experiencia. Por eso la defiendo. ¡Ojo! Defender, no imponer. Y por eso no me preocupa que otros la cuestionen. ¿Que mi verdad no coincide con la tuya? Pues perfecto, no por eso deja de ser verdad. 

   Todo depende del prisma con el que se mire. La D/s vista desde el prisma vainilla tiene aspecto distinto que vista desde el prisma de un masoquista; y lo que ve un fetichista es distinto a lo que ve un spanker. Pero todos esos aspectos son reales y verdaderos para quién los mira. Lo mismo ocurre con las personas. Para algunos seremos maravillosos y para otros los primos de Satanás. Por eso hay que tener cuidado con las opiniones que vertemos sobre otros y con dejarse guiar por opiniones de terceros. 

  Siempre he pensado, y procuro tenerlo presente cuando hay un conflicto, que la verdad tiene como mínimo tres caras: la subjetiva de una parte, la subjetiva de la otra y la objetiva de ninguno de los implicados. Somos como ciegos que, una vez que descubrimos un trozo de verdad, nos aferramos a ella como si fuera un salvavidas. No está de más plantearse que la verdad se extiende más allá de nuestra pequeña parcela y contemplar las verdades de los demás con ojos más curiosos que críticos, para así seguir creciendo.


No hay comentarios:

Publicar un comentario