miércoles, 5 de agosto de 2015

POR FAVOR, NO ME RESPETÉIS

   Soy muy pesada con el tema del respeto, lo reconozco. Para mi es la base de cualquier tipo de relación, ya sea familiar, de amigos, de pareja, comercial... Incluso de nuestro modo de relacionarnos con el ambiente. Todo debe partir del respeto mutuo. O al menos eso sería lo ideal. En ocasiones no somos respetados; por desgracia es un camino de doble sentido por el que, a veces, el carril contrario parece cortado por obras. Pero eso no debe importarnos, eso a mi no me importa. Yo debo seguir circulando por mi carril, sin dejarme condicionar por la circulación del contrario.

   Hay una enorme diferencia entre respetar a alguien y tratarlo con respeto. Obviamente, no respeto a todo el mundo. El Respeto, con mayúsculas, es algo que se gana, y eso depende de las expectativas, experiencias y preferencias personales. Pero, sin embargo, si me esfuerzo en tratar con respeto a todo aquel con quien me relaciono. No siempre lo consigo, claro está. No soy ningún dechado de virtudes, pero si tengo claro que no puedo pedir a nadie lo que yo no estoy dispuesta a dar. Así que, si alguien me falta al respeto, intentaré contestar de un modo educado y cortaré la relación con esa persona. Probablemente pase a ser alguien a quien no podré respetar... pero me esforzaré, en todo momento, en tratarla con respeto (aunque desee tirarle un zapato a la boca). Quizás penséis que esta actitud es hipócrita... Es un modo de verlo, no lo discuto. Pero para mi no es así. Aunque suene muy cursi, me esfuerzo en ser mejor persona. Creo en aquello de que no se puede combatir el fuego con fuego. No puedo combatir a quien me insulta con más insultos, ni a quien me falta al respeto faltándoselo yo. Eso me pondría a ese mismo nivel. No, no me estoy adjudicando ningún tipo de superioridad moral; simplemente creo que esas actitudes no arreglan nada, solo contribuyen a perpetuar esas luchas de... "¡y tu más!".

   En una relación BDSM, donde se camina por el filo entre el placer y el abuso, el respeto es más importante aún si cabe. No podemos forzar a nadie a ser respetuoso, pero si predicar con el ejemplo.

   No soy la única neurótica del respeto en el BDSM. Quién más y quién menos, tod@s lo nombran en alguna ocasión. No hay día que no lea la palabra en algún grupo. Y eso me ha llevado a cuestionarme la definición de respeto, porque, en muchas ocasiones (demasiadas), no coincide con el concepto que yo tengo.

   De modo que, tras observar el comportamiento de muchos de los miembros de grupos BDSM que hablan del respeto, he llegado a una conclusión. No quiero que me respeten.

   Por favor, no me respetéis copiando mis escritos sin molestaros en indicar la autoría; no me respetéis riéndoos de mis ideas; no me respetéis cuestionando mi modo de vivir el BDSM; no me respetéis acusándome de no ser sumisa o no tener ni idea; no me respetéis desvirtuando los hilos que abro; no me respetéis haciéndome leer insultos entre ¿dominantes? que haría avergonzarse a niños de patio de colegio... Yo, por mi parte, haciéndome eco de ese significado de "respeto" que hasta ahora desconocía, me comprometo a no respetaros tampoco. A ver si, con un poco menos de "respeto" mutuo, podemos convivir en armonía.

No hay comentarios:

Publicar un comentario